A donde vas cuando despierto
-Me gustaría saberlo-
Empacarme junto a las maletas
y tomar el primer vuelo a no se que lugar
y no sé con que dinero.
Amarizar horas después en las aguas centinelas
que mantienen tu ciudad atrapada en algún sitio del planeta.
Una vez ahí,
naufragando entra la marea que marea mis letras
perdido sin rumbo
sin brújula
y sin mapa.
Me sería más sencillo volverte a encontrar
durmiendo entre sueños
entre abismos
o en algún sitio en el fondo del mar.
Solo un idiota como yo se le ocurre tirar el despertador a la basura y poner ladrillos en las puertas y ventanas con la idea de detener el paso de los días sobre la casa, pintar de gris la fachada para que camuflajeada con la acera pase desapercibida cuando el golpe de las manecillas arruine nuestras vidas.
Este es el silencio que sobró de hace meses
el mismo que se cansó de patalear.
Un suspiro y fue todo.
El telón cayó y mato cientos neuronas.
Y todo por ti... ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti, ti... tiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.....
A él le dijeron pon los pies en el suelo
y al otro día lo vi salir volando por la ventana.
A ella le pidieron que dejara de soñar
y a la mañana siguiente flotaban sobre el techo enormes barcos de cristal.
A ellos les dijeron que dejaran sus quimeras
días después vi surgir del mar una escalera que llevaba al cielo,
dicen que cuando llegaron al último peldaño estrecharon la mano de Dios.
A mi piden que lo diga de una vez.
Ahora no se si coserme las labios
pedirle matrimonio,
o echarme a correr.
Flotaba ya la bestia en trozos inertes
sobre las tempestuosas oleadas de tomate
y el picante del chile verde.
En vagos recuerdos olor de cebolla
ya se miran lejos aquellos días
de largas caminatas en los verdes pastos que le vieron nacer,
pero sobretodo de andar sobre cuatro patas
con la indiferencia de verse perseguido por la muerte
desde el mismo instante que su madre le parió.
Pero la culpa no es suya
porque de haber sabido que terminaría así
seguro no hubiera aceptado la oferta de vida
que algún omnipotente puso sobre la mesa.
Ahora la bestia callada como solía ser casi siempre
me mira desde el fondo de un plato
aunque ya no es la misma,
lo se por el olor que me trajo a esta ella,
que hizo sentarme a orillas de la mesa
y sin tentarme el corazón
atravesarle un cubierto de manera premeditada.
La bestia ya no es la misma
ahora solo es un bistec en salsa verde.
Y yo ya no tengo hambre.
"No eres tu quizá soy yo"
-Fue tu frase de telenovela-
Quién diría el perdedor no siempre termina en la lona
algunas veces cuelga también de las cuerdas.
Moretones sobre los moretones que cubren el rostro
o lo queda colgando de la calavera.
Y uno desespera porque así es uno impaciente como quinceañera
que terminaba por lanzar ganchos al hígado que no aciertan,
patadas de ahogado, puños cerrados que no encuentran quijadas ni pómulos.
No hay referee que pare la pelea
pues no hay razón cuando uno solo se golpea
y otros cuerpos los que sudan.
No queda más que buscar la puerta trasera y ocuparla de salida.
El campeón fue otro y yo uno más en la lista negra ó de espera
que al final fue lo mismo, perdedores todos colgaditos uno a uno de las cuerdas
desangrándose a venas abiertas frente a tu fotografía que es lo único que nos queda.
Hotel Deseo:
Habitaciones muertas a mitad de precio.
Tú tan tímida.
Yo más frío que las losas que mantienen
en su sitio nuestros cuerpos.
Cuerpos del delito.
Objetos que se absorben por los ojos.
Resortes. La cama.
Espectáculo circense:
Contorsiones bajo las sabanas.
Equilibristas del buen gusto.
¡Terremoto!
Epicentro: habitación 211
03:50 señales de vida tras la puerta.
Tu ligera.
Tu tan tersa.
Yo una mancha en tus pantaletas.
Hemisferio norte: Primavera.
06:50 Amanece.
Día soleado.
¿Tu quién eres?
¿Donde estamos?
(No hay respuestas)
